lunes, 25 de marzo de 2019

Dos manos no son suficientes

El hombre se transformó en un torbellino y terminó por destrozar las pocas antiguallas que tenía delante. Minutos antes, un conocido picor en la palma de la mano  le había avisado de que algo no cuadraba. Alarmado, se acercó a una ventana para mirar a través del hueco que quedaba libre...