—Ya no hay sesera, Herminia, no pensamos
lo que decimos o no decimos lo que pensamos.
—No te hagas la interesante, Lurditas y
suéltalo de una vez.
—¡Ea pues! Aunque he de prevenirte de
que el asunto es de novela negra o más. Ayer estaba pasando el mocho por los entresijos de
la oficina cuando Martita la peripuesta y el picaflores de Cortés
asomaron la gaita por la zona de caféses y su presencia
expulsó de mi mente las ocurrencias del Iván.
—¿Qué ocurrencias?
—¡De eso chitón, Herminia!, sabes que de puertas pa dentro ni mu. A lo que íbamos, los
lechuguinos avanzaban con tanto apresuro que ni repararon en mí, y eso
que mi espesura tiene sustancia pese a hacer yo ejercicio como la que
más. Ahora que todo tiene sus bienes, pues sé más guardados de esta banda
de músicos que los mandamases de arriba.
—Engreída…
—Te confieso que cuchicheaban en
voz tan alta que no tuve ni que aplicarme para oír lo que decían:
No tengo ni idea de dónde está
Amelia, iba diciendo Martita a Cortes, ¡igual su gata se ha puesto
de parto!
Y por lo visto,
el «Alendelon » sospechaba que Amelia no
volvería por la empresa.
¿Por lo del Alfonso?,
preguntó la rubita, ¡es una trola seguro!, y añadió: a
Amelia le gusta ser centro de atención. ¡De haberle matado, no seguiría
tan fresca!
No podía creer lo que oía,
Herminia, además, no veía a Amelia ni fresca ni acartonada y entonces les
observé sin levantar cabeza.
—Maña que aprende una con práctica y
esfuerzo…
—Exacto. Total que Cortes
medio-gritó: ¡No sé, no sé! el teléfono de Alfonso fuera de cobertura y
Amelia desaparecida.
Ahí empecé a verlo negro, Herminia,
aquellos dos, sentados uno frente al otro, hablaban de asesinatos como si tal
cosa... Por un momento me recordaron esa vieja película que pusieron anoche en
la dos...
—¿La de Extraños en un tren?
— Esa misma.
—La vi, y no sé que decirte Lurditas,
porque tus personajes se conocen requetebien. Tu ya me entiendes.
—¡No mezclemos cotileos, Herminia, que
este asunto me tiene sin dormir!
En fin, que Martita estiró el
cuello de cisne que Dios le ha dado sin merecerlo, tú ya sabes a que me
refiero, y puso mirada descarriada de la de recordar: ¡Nada tuvo
sentido aquella tarde! Dijo y se lió a contar una historia sin pies ni
cabeza. ¡Empecé a impacientarme!, cuando se cuentan chismorreos, sabes bien que
no se va uno por las ramas o no se entiende ni papa del asunto.
—¡Qué me vas a contar! El otr…
—¡Frena y escucha!, que luego no sé lo
que me digo. Deshuesado como es debido, entendí que Marta vive debajo del piso de Amelia. Que la muchacha sube a pedir un poco de leche a
la compañera. Se enrollan y Amelia le ofrece un helado pero enseguida se traga
sus palabras porque, por lo visto, no iba a poder sacarlo del congelador. Marta
se mosquea por no sé qué de un abanico y le pregunta si todo va bien. Amelia se
derrumba y le cuenta que Alfonso, su chico, el del servicio postventa, la deja
por Patricia, la del bar del Maño.
—No jodas… ¿Alfonso el Alfonso Alfonso?
—¡Ese mismo pollastre! Y
“ele” que Marta intenta consolar a la compañera y la aconseja que
hable con él. Imposible, parece ser que contesta Amelia entre
sollozos, ¡está congelado!
—¿Congelado, Lurditas?
—Eso mismo pensé yo y Cortes armó la
misma pregunta con coletilla: ¿Congelado? ¡Nena, tendrías que ir
a la policía!
¡Si ni si quiera he visto el cadáver!, chilla entonces
Martita.
¡Pero sabes que ha habido un crimen!, grito yo y con el
arrebato, Herminia, dejo caer el mocho. ¡Si vieras!, se me quedaron
mirando como los indios al ver a Colón y tuve que disculparme.
—¡Ahí no estuviste nada fina que
digamos!
—Lo sé, lo sé, ¡qué vergüenza! pero ellos
parecían encantados. ¡Bien!, dijo Martita, me alegro
de que estés aquí porque ahora somos tres al tanto del asunto. ¿Quién va
a ir a la policía?
—No jodas… ¿eso preguntó?
—Pues no te pierdas lo que me propuso el
guaperas, ¡Ya puestos, Lurdes, dijo, podrías entrar en el
piso de Amelia cuando ella no esté!
—¡Que morro el chaval!
—Pues la locatas de Marta añadió que
creía que el pollastre estaba trinchado en pedacitos y al
vacío, que Amelia tenía máquina y que ella la había visto.
—He de reconocer que jamás había
escuchado un cotilleo de semejante envergadura. Enhorabuena Lurditas.
—Hay más.
—¿Más?
—Contesté que no pensaba inspeccionar el
congelador de Amelia ni en silla de ruedas, aunque, dicho entre tú y yo, ganas
no me faltaban. Entonces Cortes soltó que si ni investigaba ni iba a la policía
no había nada más que hacer. Marta dio entonces carpetazo diciendo:
ya veremos en la barbacoa de Amelia el sábado noche, en su
terraza...
¿Pero sabiendo lo que
sabéis, pregunté yo porque alguien tenía que hacerlo, pensáis
ir a la barbacoa de Amelia?
Entonces Martita, desde
la distancia, que ya se le había acabado el descanso del café, contestó: ¿Por
qué no?, el pollo congelado no está del todo mal.
—Pues qué quieres que te diga, Lurditas,
¡De locos! Aunque lo del abanico no acabo de entenderlo, bien sabemos tú y yo
que el pollo congelado no hay quien se lo coma.
Hola Paola. Muy original tu relato. La espontaneidad de las protagonistas, impagable. Felicidades y suerte en el Tintero.
ResponderEliminarHola Beri
EliminarMe alegro de que te hayan gustado Lurditas y Herminia. Menudas son!
Gracias y saludos
Hola Paola, un relato lleno de cotilleo que ameniza la narración. Es toda una historia!, muy bien hilvanar. Éxitos y bendiciones!
ResponderEliminarGracias Mery
EliminarMuchos cotilleos se podían sacar, pero decidí centrarme en uno solo.
Saludos.
Con tu dominio de los diálogos con toque de humor y vocabulario "casero", me has hecho pasar un muy buen rato. Esa habitual naturalidad que empleas en tus relatos le dan un valor añadido. Desde luego, esa es una historia para no dormir, je,je.
ResponderEliminarUn abrazo, Paola.
Gracias Josep por tan amables palabras pero ya me gustaría dominar los diálogos de humor de verdad. Poco a poco quizás lo consiga.
EliminarSaludos
ResponderEliminarMe he sentido en todo momento atrapada por su lectura, con esta trama tan fluida y visual.
El enredo está muy bien servido, pero después de leerte me pensaré si vuelvo a comer o no «pollastre a la barbacoa» :P
¡Te ha quedado genial, Paola!
Un abrazo.
Hola Estrella
EliminarQue te hayas sentido atrapada en todo momento por la lectura del relato es todo un cumplido.
Te lo agradezco.
Saludos
Paola el cotilleo muy bien hilvanado. Yo desde luego antes de ir a la barbacoa miraría el congelador. Un abrazo.
ResponderEliminarPues ya ves, Mamen, cada cual pensando en asuntos diferentes y solo Lurditas se centra en lo de la carne de la barbacoa.
EliminarGracias por pasarte y comentar
Saludos
Hola, Paola. Divertidísimo y muy original. Me encanta la naturalidad que logras dar a los diálogos. Muy buen relato.
ResponderEliminarSi te he divertido ya he cumplido mi propósito.
EliminarGracias Marta y saludos
Hola, Paola. Me cuesta seguirle el ritmo a los regionalismos y jergas, pero lo suplo con imaginación. Muy vital y chispeante.
ResponderEliminarHola Beba
ResponderEliminarLo siento, está lleno de jergas!
Gracias por las chispas y saludos
Hola, Paola! Me he pasado el rato divertidísima con el diálogo. Te ha quedado genial.
ResponderEliminarUn abrazo
Gracias Mirna
EliminarTodo sea por ese rato...
Saludos
Desde luego Paola, una de las cosas que más me gusta de tus historias es la voz del pueblo, tan naturales que parezco que escucho en esta ocasión a las cotillas poner a caldo al personal, incluido el “pollo-cadáver congelao”... y como sin querer queriendo metes de refilón a la vieja peli de extraños en un tren.
ResponderEliminarGracias por el rato Paola, esta vez te has lucido en clave de humor negro.
hola Tara
EliminarSi le ves fallos, estoy a tiempo de corregir...
Pues yo no veo ningún fallo, salvo es espaciado entre párrafos, (unos tienen espacio y otros no), pero no me preguntes como solucionarlo que a mi también me cuesta, y eso que acabo de poner la cara de recordar (como se hace), la de mirada descarriada :))
ResponderEliminarBueno, ese tipo de fallos no me quita el sueño...
EliminarEn cuanto a poner mirada descarriada, de la de recordar te diré que se detecta fácilmente pero en cuanto a saber ponerla hace falta práctica y esfuerzo.
Verás, consta de dos partes, en la primera, al tiempo que levantas el indice de la mano izquierda, alzas la barbilla, pones morritos y entrecierras los ojos.
En la segunda, bajas el dedo y manteniendo la barbilla levantada vas abriendo los ojos, lo justo para divisar el horizonte y encontrar el punto de fuga.
Si el punto que buscas es uno solo, lo tienes fácil, si es más de uno, la cosa se complica, ¡pero qué te voy a decir de eso si tu sabes de puntos de fuga más que yo!
Comprendo tu interés pero es que toda esta explicación no me cabía en las 900 palabras.
Saludos
jajaja!!! a mi se me da mejor poner cara de "yo no fui"
ResponderEliminarHola, Paola.
ResponderEliminarNormal que esté en un sin vivir, para no estarlo.
Me ha gustado mucho ese diálogo en el que se iba formando una escena del todo surrealista, muy divertido. Enhorabuena.
Un abrazo.
Hola Irene
EliminarGracias por el comentario. Me alegro de que te haya parecido divertido.
Saludos
Gracias, Paola, por participar con este relato en El Tintero de Oro. Un abrazo y suerte!!
ResponderEliminarGracias David por la maravillosa iniciativa
ResponderEliminarLos chismorreos de bares, o cafeterías, me encantan; parecen extractos de realidades paralelas que confluyen con la tuya propia. Al leerte me he sentido como si yo estuviera poniendo la oreja entre dos mundos. AUnque yo a la única barbacoa que no iría sería a una de pollastre, y menos congelado xD. Felicidades, Paola, muy buen trabajo.
ResponderEliminarHola Pepe
EliminarMe encanta eso de la oreja entre dos mundos, el de Herminia y Lurditas por un lado y el de Martita, Cortes y Amelia por otro.
Gracias por pasarte y comentar.
Saludos
Diálogos frescos y fluidos, adaptados a la condición social de las damas que parecen vivir en el patio o en la escalera. Humor negro del fino y una historia original. Habrá que pensárselo dos veces antes de comer pollo a la barbacoa. Un saludo, Paola, y mucha suerte en el Tintero.
ResponderEliminarHola Jorge
EliminarNunca había hecho humor negro y no estaba segura de que mi relato perteneciera a ese género. Tu comentario me dice que sí. Gracias compañero.
A ver si me paso por los relatos que faltan por leer...
Saludos
No hay nada de género más negro que el cotilleo de dos cotorras. Je, je, je. Un diálogo fresco y fluido, muy divertido, con un fino sentido del humor.
ResponderEliminarUn abrazo enorme, Paola. Mucha suerte.
Jejeje ¡Qué razón tienes! Y además el cotilleo da mucho juego.
EliminarGracias por el comentario y te vuelvo a decir que tu relato me ha gustado mucho mucho.
Saludos
Una conversación con confesión de asesinato para salir corriendo por miedo a ser implicado en el asunto. Me encantan los personajes de las mujeres de la limpieza: el lenguaje muy bien llevado. ¡Enhorabuena y felices fiestas!
ResponderEliminarFelices fiestas para ti también.
EliminarGracias Rebeca, agradezco tus palabras y me alegro de que te gusten Herminia y Lurditas.
Saludos
Hola Paola, me ha encantado tu relato tan natural. Ese diálogo espontáneo que nunca falta entre las cotillas, sin importar el tema, aunque si encima hay un cadáver de por medio donde la trama se parece mucho a una película, pues la bandeja de habladurías está servida para hacer uso de ellas.
ResponderEliminarTu relato diferente coloca un matiz más en este gran concurso creado por el genial David.
Un besote.
Gracias Carla.
EliminarMe divierte escribir este tipo de relatos y cuando se presenta la oportunidad...
Saludos
Has jugado con nosotros a los equívocos. Las marujas se tendrían que aplicar más a su trabajo y menos a escuchar cotilleos de corralas.
ResponderEliminarAbrazos y suerte
Hola Francisco
ResponderEliminar¿¿Equívocos?? Seamos serios que aquí ha habido un crimen...
Gracias por pasarte y comentar
Saludos
Un cotilleo con mucha miga. Qué dominio del diálogo y el lenguaje tan apropiado para que fluya la historia con ese viso de autenticidad de un patio de vecinos. Alegre, divertida, con su bis cómica... No le falta nada ni le sobra.
ResponderEliminar¡Felicidades y suerte en El tintero!
Saludos desde Venezuela. Buen relato con un toque humorístico popular. Suerte en el Tintero
ResponderEliminarHola Paola la jerga me ha enganchado, esas dos mujeres engnachadas con el cotillero, ah y el pollo, vamos original, original y el ritmo va que vuela. Un abrazo compañera.
ResponderEliminarPor cierto, feliz año Paola!!!
EliminarHola Emerencia
EliminarAcabo de darme cuenta de que no te he contestado. Feliz año para ti también y gracias por pasarte.
Un abrazo
Salud Paola!
ResponderEliminarSiempre es un placer leerte, y más cuando una terrorífica historia basada en cotilleos, se cuenta con humor y aparente ligereza. Tu lectora fiel.
Felicidades.
Gracias Juana por tus amables palabras. Es un honor saber que me lees.
EliminarSaludos
Una historia ciertamente original construida a través de diálogos muy naturales que hacen que el relato fluya con ritmo y despierte nuestro interés. A destacar el notable dominio de ese habla popular aderezada con chispeantes pinceladas de humor. Suerte en el Concurso. Un abrazo, Paola.
ResponderEliminarHola Paco
EliminarMe alegro de que te haya gustado. Despertar el interés en el lector es algo muy positivo, gracias.
Saludos
Querida Paola, aprovechando que hace un par de meses se ha lanzado en España una nueva edición de "El zafarrancho aquel de Vía Merulana", vas y lanzas tú un ejercicio de emulación del gran maestro Carlo Gadda. Como bien has podido comprobar, la forma de escribir de Gadda es más que un género, es un teatro completo donde se mueven a sus anchas los personajes salidos de la comedia del arte.
ResponderEliminarEs un trabajo magnífico el que has hecho EMDO, dejando moverse en el escenario que planteas a esos personajes convocados como formando parte de la "Commedia dell'Arte", Herminia y Lurditas, que bien pueden ser Coralina y Esmeraldina invocando en su desparpajo a los"zanni" y que están puestas en pie con la ligereza que da el acertar con la voz narrativa, como digo al más puro estilo Gadda.
Es un relato merecedor de premio, sin duda, por lo innovador, arriesgado en el manejo del vocabulario y la libertad absoluta del narrador sin interrupciones de la autora.
Muy buen relato, enhorabuena
Hola Javier
ResponderEliminarMe ha extrañado no contar con tu relato en este concurso. Esperaba que Fedora tomara el Venezia-Roma... Se echa de menos. Espero no vuelva a suceder :)
Agradezco mucho tus palabras, es un comentario alentador, un riego de fertilizante para una planta que intenta crecer.
Ya sabes que me encantó Carlo Gadda y su estilo "al grottesco" así que no podías nombrar a nadie que me emocionara más.
Me alegro mucho también de haber conseguido dejar trabajar a la narradora y mantener mi ímpetu guardado en el cajón.
La verdad es que lo he trabajado mucho en la soledad de mi rincón.
Gracias y saludos
Muy divertido tu relato. Original propuesta. La historia contada a base unos dialogos naturales,creíbles y con gran sentido del humor. En próximas barbacoas evitaré el pollastre. Saludos y suerte en el Tintero.
ResponderEliminarGracias Jose
ResponderEliminarCon que te parezca divertido estoy contenta.
Saludos
JAJAJAJA!!! Si es que hay veces que es mejor no pegar la oreja!!
ResponderEliminarUna historia original y explicada desde un punto de vista muuuuuuuy especial.
Un abrazo
Gracias David
EliminarQue risotada más cautivadora!!!
Un abrazo para ti también
Divertida y original! por si acaso no voy a la barbacoa 🤣🤣 Excelente ritmo y el recurso del cotilleo🐾 Suerte en el tintero🤩
ResponderEliminarGracias Rosa
Eliminarun placer que te hayas pasado por aquí.
Abrazos
PD: La ilustración está genial!
ResponderEliminarMe alegra que lo comentes!!!
EliminarMucho trabajo de recorta, pega, borra, sombrea y difumina me ha costado...
Un diálogo muy fluido y con unos personajes de esos que tanto abundan en nuestras comunidades de vecinos. La trama está muy bien tejida y el enredo nos lleva a sonreír con esa frase final.La escenas está narradas con todo lujo de detalles.
ResponderEliminarUn abrazo Paola
Puri
Gracias Puri, aunque te responda algo tarde, por pasarte y detenerte a comentar.
EliminarUn abrazo.
Tiene mucho mérito retratar tan bien un corrillo de marujas. Haces una caracterización perfecta a través de la jerga. Se le coge cariño a los personajes desde la primera frase.
ResponderEliminarSuerte en el Tintero!
Un abrazo
Hola Araceli
EliminarAlgo tarde pero agradezco mucho tus palabras, me hace ilusión saber que le has cogido cariño a mis personajes.
Un abrazo.
Un diálogo muy bien construido y muy divertido. Mucha suerte en el concurso. Un saludo.
ResponderEliminarHola Beitavg
EliminarTarde mejor que nunca... muchas gracias por tu comentario.
Un abrazo.