Antes de abrir la puerta comprobé que no me quedara otra cosa que hacer en el cuarto
de baño.
Me había duchado y, pese a estar en una casa de campo con
piscina, en un mes de agosto tórrido como el que más, me había secado el pelo con secador.
Llamaron a la puerta, respiré un minuto más y abrí.
Draco frenó su correr con ojos fuera de las órbitas.
—Lo siento —dije
mientras observaba a mi cuñado Juan atravesar el pasillo con sábanas en la
mano— tendrás que buscarte un escondite menos solicitado.
La pequeña Lorena apareció de la nada esgrimiendo un hacha
de plástico. Draco brincó hacia la ducha, yo corrí la cortina y cerré.
—Está ocupado —dije a mi hermano Pedro que acudía con cara
de preocupación— deberías ir al baño de fuera…
La mesa de la cocina, tomada de asalto por un rebaño de niños en
bañador parecía un campo de batalla. En el centro, una torre de bollos goteaba
una mezcla densa de cacao. El mantel
presentaba una media docena de senderos serpenteantes de color marrón que se
entrecruzaban formando un labirinto
pegajoso.
—¡Qué bien! —gritó mi cuñada María, al verme llegar— Échales
un ojo mientras yo limpio el colchón, a
Pablito se le han escapado unas gotas…
Me di la vuelta y volví al baño.
—Draco, ¿estás ahí? ¡Déjame un hueco! Tranquilo que septiembre
está a la vuelta de la esquina y con él,
tu sofá y mis vacaciones de oficina.
¡Ja! ¿De qué me sonará estas vacaciones familiares?, no me extraña que la sujeto de tu cuento (o no tan cuento), esté deseando volver a la rutina.
ResponderEliminarAl margen de lo que cuentas, me gusta como lo cuentas... tremendamente visual cada situación, y cada movimiento de los personajes incluído el perro. Bien orquestado, sí señora.
Feliz vuelta de tus vacas Paola.
¡Nada más lejos de la realidad! La visita de unos sobrinos encantadores y cariñosos con mi perro me hicieron imaginar lo contrario, por aquello del "y si..."
EliminarGracias por comentar
Saludos
Antes de pedir auxilio no abras la puerta y menos a este tipo de cuñados y cuñadas que no tienen reparos en aguarnos la fiesta.
ResponderEliminarMe ha gustado tu micro, Paola, convenientemente sazonado de ironía y humor que dibuja elegantemente esta escena cotidiana tan típica de agosto con ese final tan hilarante.
Un abrazo.
Gracias Estrella por el consejo, lo tendré en cuenta si necesario...
EliminarSaludos
Estupenda escenificación, Paola. Una casa de campo con piscina atrae especialmente a familia. Puedo imaginar hasta Draco, deseando también acabe agosto para volver a la rutina.
ResponderEliminarUn placer leerte.
Saludos;)
Hola Mila
ResponderEliminarUn placer recibir tu comentario. La historia nació justo con la imagen, en mi cabeza, de un perro huyendo de un niño demasiado imaginativo.
Saludos
Ojalá supiéramos siempre lo que nos espera detrás de la puerta que vamos a abrir. En este caso quizá fuera más que previsible, por el tipo y cantidad de personajes con los que compartir unos días de vacaciones, je,je.
ResponderEliminarEste tipo de situaciones, con un toque de humor y bien contadas, como es el caso, resultan casi placenteras.
Un abrazo.
Muy lindo, Paola. Sencillo, bien tramado, humorístico.
ResponderEliminarAy Paola con lo agustito que estaba Draco... Una escena muy familiar y veraniega, visual y muy cercana con las palabras elegidas. Un abrazo
ResponderEliminarDespués de semejantes vacaciones multitudinarias, lo mejor es volver a la oficina para un verdadero descanso.
ResponderEliminar¡Muy bien presentada la escena, Paola!
Besos.
Un despegue narrativo con la fuerza suficiente para subir, planear con alguna pirueta añadida y hacer un aterrizaje atemperado como no podía ser de otra manera. Como lector me siento confiado con esa voz narrativa que no se pierde en meandros. Buen relato.
ResponderEliminarA veces unas vacaciones pueden llegar a ser más estresantes que la propia rutina laboral, y tu micro lo pone de manifiesto de manera muy visual. Un saludo, Paola!
ResponderEliminarLas vacaciones y el caos familiar, pero ¿y los recuerdo que dejan?
ResponderEliminarMe ha gustado mucho lo cotidiano y visual que es tu micro, Paola.
Un saludo.