Esperanza cruzó la puerta de seguridad con las manos metidas
en los bolsillos traseros del vaquero ajustado y avanzó por la acera, sin más.
La seguía Juan, con la cabeza alta y esa mirada que se
perdía en el infinito al atravesar las gafas de pasta negra.
Esa mañana habían acudido al banco con la convicción de que el préstamo les sería concedido. Lo siento de veras, pero el estudio revela que el proyecto es inviable, había concluido el director.
El joven apretó los labios y tras largas zancadas alcanzó a la muchacha que
caminaba ligera delante de él. Agarró una de sus manos y acompasó el paso al de
ella. Esperanza bajó entonces la mirada y sin mediar palabra entrelazaron sus
dedos. Luego Juan la atrajo hacia sí.
Siguieron adelante sin aparente rumbo fijo. La mujer descansaba la cabeza en el hombro de Juan mientras él mantenía la mejilla
apoyada en la testa de ella.
Un folleto que pendía de una farola se resistía a salir volando con las ráfagas de
aire y su aleteo llamó la atención del muchacho que, como de costumbre, parecía
buscar estrellas en el cielo.
—¡Mira lo que dice ahí!
TRASPASO NEGOCIO DE COMIDA PREPARADA.
PRECIO A NEGOCIAR. FACILIDADES.
TLF: 629887779
—Aún no podemos poner
en marcha nuestro restaurante —añadió Juan— pero podríamos
empezar a soñar por ahí.
Ella atrapó el anuncio en el momento en el que el viento se
lo iba a llevar, lo metió en el bolsillo y miró a Juan con ojos chispeantes. Entonces sonrió.
Un relato cotidiano bañado de esperanza.
ResponderEliminarA veces se cierran unas puertas para que otras se abran, y es precisamente en esas otras donde reside nuestro crecimiento y armoniosa evolución.
Por muy trágicas que parezcan las cosas, siempre habrá un toque verde esperanzador.
Buen mensaje Paola.
Bonito mensaje, Paola. Un abrazo
ResponderEliminarLa sonrisa de la esperanza, que nunca se pierde.
ResponderEliminarUn relato cuya naturalidad nos acerca a los protagonistas como si fueran de carne y hueso. Me ha encantado.
Un abrazo, Paola.
La vida diaria, lo cotidiano, cuando se cuenta bien, se convierte en una historia especial. Eso es lo que ha sucedido con tu entrañable y bien escrito micro, paola. "Empezar a soñar por ahí"... me parece una frase preciosa que resume toda una filosofía de vida. Los grandes destinos se alcanzan empezando a dar pasitos pequeños. Ojalá que a tus protas les vaya muuuuy bien :))
ResponderEliminar¡Un beso!
Una esperanza para esa pareja que a través de ese papel que pendía de la farola podrán cumplir la ilusión que se creía perdida. Buen micro. Un abrazo.
ResponderEliminarEsperanza hace honor a su nombre y con su actitud abierta encuentra algo, que si bien no es lo que buscaban, se acerca bastante y puede ser un buen comienzo.
ResponderEliminarUn micro muy simpático y estimulante.
Besos, Paola.
Muy bonito, Paola. La felicidad a la vuelta de cualquier esquina...
ResponderEliminarEl título encaja muy bien con el mensaje. Por otro lado, la fuerza que le has imprimido, así como la belleza del realismo de tu narrativa, con acertadas descripciones, me ha transportado visualmente junto a esta pareja de soñadores.
ResponderEliminar¡Felicidades, Paola!
Saludos.
Más que la pareja atrapara un anuncio, atraparon la Esperanza, así, con mayúscula y como llovida del cielo.
ResponderEliminar¿Proyecto inviable… le dijeron? ¡Bah! El ímpetu de la ilusión de una pareja ilusionada no hay quien lo pare.
Oye Paola … que he estado a punto de marcar el 629887779...te lo prometo, a puntito estuve (sonrío)
Claro, la oportunidad sale a nuestro encuentro cuando no sólo la soñamos, sino cuando estamos atentos a su paso. A esos chicos, tan bien pintados, les irá muy bien, estoy segura.
ResponderEliminarUn placer leerte.
Saludos Paola, las oportunidades a la vuelta de la esquina o en folleto sólo no hay que dejar que se nos escapen. Un relato verde esperanza. Éxitos y bendiciones!
ResponderEliminarGracias Harolina, Mirna, Josep, Julia, Mamen. Mirella, Marta, Estrella, Tara, Juana y Mery.
ResponderEliminarMe alegro de que os haya gustado y ya sabéis el teléfono, si no tenéis ganas de cocinar ...
Saludos
Qué bonito final, y qué manera más encantadora de iniciar, esperanza es lo que se le queda a uno después de leerte, Paola. De una manera u otra siempre existe alguna opción.
ResponderEliminarMe ha encantado.
Un abrazo.
Hola compañera, una historia que me pasé de leer y que tiene ese toque de esperanza, no ya solo por el título, es la oportunidad del momento. Genial ese anuncio que casi se lleva el viento. Un abrazo
ResponderEliminar¡Hola, Paola! Un relato con una gran enseñanza, la buena suerte solo existe cuando sabemos aprovechar las oportunidades que nos ofrece el azar. Y siempre es mejor una actitud de construir castillos en el aire que no iniciar nada por miedo al fracaso. Estupendo micro. Un abrazo!!
ResponderEliminarCuando una puerta se cierra, otra suele abrir la fortuna. Que precioso relato, con un gran mensaje. Me encanto, Paola!
ResponderEliminarUn saludo.
Muy buen relato. Me gusta como se desarrolla el detalle prolijo y escrupuloso, consiguiendo una aparente simpleza de superficie con fuerte soporte en la raíz. Quizá por eso, como lector, me destaca tanto algo que me parece un desliz EMDO :
ResponderEliminar"No pueden haber estudiado el proyecto con tanto detenimiento como dicen, PENSABA Juan, de ser así, no dirían que es inviable".
Tal vez merezca la pena dejar al narrador testigo hacer su trabajo al completo, sin meterse en la conducta de "pensar" del personaje.
Ya sabes que la autora, es dueña y señora, y esto es una opinión sin más.
Relato muy bueno, con aroma Flannery O'Connor.Gracias, colega
Gracias Irene, Emerencia, David, Yessy y Javier.
ResponderEliminarHe hecho algunos cambios teniendo en cuenta los consejos de Javier y gracias a eso me he dado cuenta de un fallo más:
En mi cabeza no había duda de que, al principio del relato, la parejita SALÍA del banco, pero me he dado cuenta de que ese detalle no estaba nada claro, ahora sí.
Gracias por el consejo
Hola. Pintarse la cara color esperanza, mirar al futuro con el corazón (canción de Diego Torres). Y la sonrisa de saber que se llegará a la meta igualmente, pero por un camino más largo. Muy bien.
ResponderEliminarUn sueño que comienza a hacerse realidad.. hasta yo que soy una soñadora nata a veces se me pierde un poquito esa esperanza, pero historias como la tuya me la devuelve. Siempre me pasa algo que me la devuelve, en este caso tu micro. Gracias!
ResponderEliminarDos besos, Paola.